Tal día como hoy como no, el gran Tamudo enseño el camino para ganar la Copa lograda en el año 2000 el año del centenario del club catalán, después de tantos y tantos años..
Un gol de pillo, de delantero puro, siempre en el lugar y el momento indicado, le robó el balón a su excompañero Toni para sí encarrilar una victoria sentenciada por Sergio.
Tengo la suerte y el orgullo de poder decir que yo estube allí, era un niño, nunca había vivido algo así, algo para mi inolvidable, grandioso, tantos años de sufrimiento, de pelear contra viento y marea contra todo y contra todos, es lo mas grande que he vivido y creo que nunca volveré a vivir, era algo nuevo para muchos de los pericos que estábamos allí, era una sensación increíble y me emociono solo al recordarlo.
Por muchos títulos que podamos ganar, que no son muchos, sin Tamudo para mi no será igual, he crecido viéndole marcar goles de todas maneras, le he visto correr, sudar, sentir, llorar amar y anhelar esta camiseta, he vivido y sentido tan fuerte el Espanyol en mucha parte por él, aún hoy en día no hay jugador que me haga sentir lo que me hace sentir el de Santa Coloma. Se me llena la boca hablando de mi gran DIOS DEL FÚTBOL. Merece esto y mucho mas.
GRANDE TAMUDO, ÍDOLO DE LA AFICIÓN.
Así lo recuerda el portal deportivo Marca.com:
Una pillería de Tamudo, clave en la final de Copa
"JUAN ANTONIO JIMÉNEZ 27/05/12 - 10:52.
Hay jugadas que se quedan grabadas para siempre en la retina de los espectadores. Y más si es en una final. En este caso, Atlético y Espanyol se jugaron la Copa del Rey en la edición de 2000. El encuentro terminó con victoria perica por 2-1 y con una pillería de Tamudo que marcó el devenir de la final.
Corría el minuto tres de partido cuando el meta rojiblanco Toni, en un saque sin aparante peligro, olvidó mirar de reojo quién quedaba detrás de él. A su espalda, agazapado como un felino, Tamudo aguardaba un despiste de su presa. El arquero fue a sacar de volea y al dejar el balón en el aire apareció el delantero del Espanyol como un rayo, golpeó el esférico con la cabeza y se quedó solo ante el marco rojiblanco. Primer gol y ventaja para los espanyolistas en sólo tres minutos.
Hasta el minuto 84 no llegó el segundo tanto del conjunto catalán, el de la tranquilidad. Hasselbaink acortó distancias en el 90, ya sin tiempo para remontar. Toni, totalmente destrozado tras el pitido final, pidió perdón a la afición rojiblanca entre lágrimas."
Un gol de pillo, de delantero puro, siempre en el lugar y el momento indicado, le robó el balón a su excompañero Toni para sí encarrilar una victoria sentenciada por Sergio.
Tengo la suerte y el orgullo de poder decir que yo estube allí, era un niño, nunca había vivido algo así, algo para mi inolvidable, grandioso, tantos años de sufrimiento, de pelear contra viento y marea contra todo y contra todos, es lo mas grande que he vivido y creo que nunca volveré a vivir, era algo nuevo para muchos de los pericos que estábamos allí, era una sensación increíble y me emociono solo al recordarlo.
Por muchos títulos que podamos ganar, que no son muchos, sin Tamudo para mi no será igual, he crecido viéndole marcar goles de todas maneras, le he visto correr, sudar, sentir, llorar amar y anhelar esta camiseta, he vivido y sentido tan fuerte el Espanyol en mucha parte por él, aún hoy en día no hay jugador que me haga sentir lo que me hace sentir el de Santa Coloma. Se me llena la boca hablando de mi gran DIOS DEL FÚTBOL. Merece esto y mucho mas.
GRANDE TAMUDO, ÍDOLO DE LA AFICIÓN.
Así lo recuerda el portal deportivo Marca.com:
Una pillería de Tamudo, clave en la final de Copa
"JUAN ANTONIO JIMÉNEZ 27/05/12 - 10:52.
Hay jugadas que se quedan grabadas para siempre en la retina de los espectadores. Y más si es en una final. En este caso, Atlético y Espanyol se jugaron la Copa del Rey en la edición de 2000. El encuentro terminó con victoria perica por 2-1 y con una pillería de Tamudo que marcó el devenir de la final.
Corría el minuto tres de partido cuando el meta rojiblanco Toni, en un saque sin aparante peligro, olvidó mirar de reojo quién quedaba detrás de él. A su espalda, agazapado como un felino, Tamudo aguardaba un despiste de su presa. El arquero fue a sacar de volea y al dejar el balón en el aire apareció el delantero del Espanyol como un rayo, golpeó el esférico con la cabeza y se quedó solo ante el marco rojiblanco. Primer gol y ventaja para los espanyolistas en sólo tres minutos.
Hasta el minuto 84 no llegó el segundo tanto del conjunto catalán, el de la tranquilidad. Hasselbaink acortó distancias en el 90, ya sin tiempo para remontar. Toni, totalmente destrozado tras el pitido final, pidió perdón a la afición rojiblanca entre lágrimas."